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Durante la guerra a gran escala, la comunidad mundial ha descubierto muchos nombres de los asentamientos ucranianos, y casi siempre ha sido por las tragedias que Rusia trajo a nuestra tierra. Pero a pesar de la guerra, el dolor y la destrucción, la cultura ucraniana habla de lo que nos pasa, asimilamos nuestro pasado y trabajamos para que los nombres de las ciudades ucranianas sean conocidos también por sus logros.

Contamos la historia de la cultura durante la guerra, que comenzó en el oeste del país y se extendió al norte y este. Hoy nos centramos en el sur de Ucrania. Fue uno de los primeros lugares en enfrentarse al enemigo cuando lanzó la ofensiva a gran escala. Todo el país admiraba a los habitantes de Jersón que, durante la ocupación, organizaban manifestaciones contra los rusos y guardaban en sus corazones la fecha del 11.11.2023, cuando los defensores ucranianos entraron en la ciudad. A otoño de 2023, el enemigo sigue en la orilla izquierda del Dnipró y bombardea constantemente la orilla derecha. El sur de Ucrania fue gravemente afectado por el ataque terrorista ruso a la central hidroeléctrica de Kajovka, que inundó asentamientos enteros, incluso los que siguen bajo la ocupación. Rusia bombardea los puertos de Odesa y Besarabia a través de los cuales Ucrania exporta grano. Y a pesar de todos estos horrores, se siguen organizando acontecimientos culturales en el sur.

Hemos hablado con el Museo Nacional de Arte de Odesa, centrado en el arte contemporáneo y la reinterpretación del patrimonio, el Teatro de Jersón, que reanudó su actividad tras la liberación de la ciudad, con los habitantes de Jersón como Yuliia Manukian y Oleksandr Zhukovskyi, que montaron una residencia en la ocupación, la cantante tártara de Crimea Jamala sobre su diplomacia cultural, el artista crimeo Antik Danov, cuyas obras aparecen clandestinamente en las calles de Crimea, la documentalista y voluntaria Olena Maksom, y el fundador del “Vydelka Fest” (del ucr.: “Tenedor Fest”. — Ed.) Serhii Hnezdilov.

Museo Nacional de Arte de Odesa: replantearse el pasado y construir una visión de futuro

El Museo Nacional de Arte de Odesa está situado en el centro de la ciudad. En los últimos cinco años, ha pasado de ser una institución local a una institución nacional y ha ampliado su colección. Todo gracias a que a finales de 2017, el artista Oleksandr Roitburd se convirtió en su director, quien reunió un potente equipo y comenzó a reformar el museo. Por desgracia, en 2021, Oleksandr falleció, pero personas afines continúan su labor incluso en tiempos difíciles de guerra.

Por la tarde del 5 de noviembre de 2023, en vísperas de su 124º aniversario, el museo resultó dañado por un ataque ruso con misiles. Personas de todo el país inmediatamente empezaron a comprar merchandising del museo para apoyarlo. El merch llega a los donantes con una pegatina: una foto del edificio dañado y una inscripción de que ese objeto sobrevivió a un ataque con misiles.

Foto: Serhiy Kovalov

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Kyrylo Lipatov es el jefe del departamento de exposiciones científicas del Museo Nacional de Arte de Odesa. El 24 de febrero de 2022, se despertó con una llamada del museo, y pasó los dos días siguientes desmontando y empaquetando los objetos expuestos para enviarlos a un lugar seguro. Además de los trabajadores del museo, acudieron a ayudar los artistas de Odesa.

— La palabra “ayudar” es probablemente una palabra inapropiada. Ellos, de hecho, junto con el personal del museo, salvaron este arte.

El museo reabrió sus puertas en mayo de 2022. Los museólogos decidieron replantear la exposición de la planta baja, que se formó en 1968 y no ha cambiado mucho desde entonces.

— Todos, al igual que nosotros, buscaban respuestas no solo a cómo debería ser la nueva exposición, sino también a cómo debería ser la nueva vida después del fin la guerra, después de la victoria de Ucrania en esta guerra.

Debido a la ocupación imperial rusa y soviética, una gran parte de la colección del museo de la Odesa ucraniana es arte ruso. Según Kyrylo, simplemente ocultarlo no es una opción, porque una sociedad democrática no debería desentenderse de las cuestiones complejas. Él ve el futuro en replantear y deconstruir las narrativas coloniales. Un ejemplo de este replanteamiento es el proyecto en el que están trabajando actualmente el personal del museo: la imagen de Crimea en el arte ruso. El estudio de este tema demuestra que los románticos del siglo XIX percibían la península no como parte del imperio, sino como una tierra extranjera habitada por pueblos con tradiciones diferentes, una especie de exotismo.

Cada país poscolonial, como cada ciudad, busca sus propias formas de interactuar con el espacio público en el que permanecen las marcas coloniales. El proceso de desmantelamiento del escandaloso monumento a los “fundadores de la ciudad”, en el que figura la zarina rusa Catalina II, entre sus figuras, se ha retrasado hasta diciembre de 2022. Pero tenía que suceder tarde o temprano.

— Es difícil conservar todas las narrativas habituales sobre la historia, el significado de la existencia de una ciudad, cuando estas narrativas son utilizadas por quienes lanzan misiles contra esta ciudad.

Los trabajadores del museo planean replantear este monumento, que actualmente se encuentra en el patio de la institución. Según Kyrylo, esto tiene cierto simbolismo, porque la escultura no se percibe como un objeto activo, sino pasivo.

Foto: Oleg Marchuk

Ucrania es grande, y la gente tiene diferentes experiencias de vivir la actual guerra: estar en el frente, en la retaguardia, en la ocupación y en la evacuación. El arte absorbe todas estas experiencias, y los museólogos deben saber cómo trabajar con ellas.

— Estas diferentes experiencias requieren diferentes lenguajes de referencia. Y esto es lo que intentamos explorar.

Desde el verano de 2022 hasta el verano de 2023, en el museo se llevó a cabo el proyecto “Antes de la guerra”. Se trata de obras de artistas contemporáneos, que el museo logró adquirir en 2021. En ellas, los trabajadores del museo siguen el tema de la guerra que dura desde 2014.

Durante la guerra a gran escala (a partir de otoño de 2023), el museo ya ha acogido unas 20 exposiciones de autores. Algunos utilizan metáforas, otros crean carteles con declaraciones directas y claras. Por ejemplo, se ha expuesto una serie de obras gráficas de Mykola Lukin, así como instalaciones de Mikhail Reva realizadas con fragmentos de armas rusas encontradas en el campo de batalla.

El escultor Vasyl Dmytryk presentó su proyecto “Sudario de cobre”. Había una antigua práctica china de enterrar a la aristocracia en sudarios de jade, que se suponía que preservaban la carne, y Vasyl hizo un sudario de cobre oxidado, que crea un entorno agresivo para todos los organismos vivos, como si hubiera encapsulado el mal que llegó a Ucrania.

— Dmytryk lo esconde (el mal. — Ed.) en este sudario, mientras que Reva, por el contrario, lo muestra. Porque, gracias a Dios, la mayoría de los ucranianos no ven esta evidencia material.

Dado que la exposición principal ha sido evacuada, en las salas hay espacio para que los coordinadores de la exposición puedan trabajar con el espacio y “rimar” diferentes formas de expresión entre sí.

— La nueva ola de arte visual ucraniano y el interés por este fenómeno en el extranjero están cambiando la representación del arte ucraniano tanto dentro del país como, especialmente, desde fuera. Es decir, diferentes públicos perciben el mismo proyecto de formas completamente diferentes.

Tomemos como ejemplo el proyecto del artista Stanislav Zholobniuk, dedicado a cambiar la percepción del mar Negro, del cual puede surgir una amenaza, ya que los rusos atacan Odesa, entre otras cosas, desde el mar. Los misiles llegan tan rápido que en la ciudad apenas da tiempo a hacer sonar la sirena. Eso es exactamente lo que ocurrió el 5 de noviembre, cuando el museo fue dañado. Y, por supuesto, los habitantes de Odesa perciben este cambio de una manera diferente a como lo hacen, por ejemplo, los berlineses.

Kyrylo notó que, con el tiempo, los artistas abordan el tema de la guerra de una manera diferente. Si al principio era se trataba de una confesión documental, ahora muchos se centran en la visión del futuro tras la victoria.

— La guerra es siempre un estímulo para el cambio, y a menudo podemos ver retrospectivamente estos cambios y las visiones de estos cambios en las artes visuales, en la literatura, el teatro y la arquitectura. Verán, los artistas tienen su propio aparato no solo para fijar la realidad, sino también para construirla. Esta visión del futuro aparece casi siempre en el arte.

Yuliia Manukian: recopilar el archivo de la ocupación

Yuliia Manukian — periodista, coordinadora de programas urbanos y artísticos en la organización Urban Re-Public. Nació y vivió en Jersón hasta la primavera de 2022 y ahora vive en Odesa. Yuliia estaba en su ciudad natal, cuando comenzó la guerra a gran escala, permaneció allí durante dos meses y empezó a coordinar una residencia en la ocupación, una sociedad secreta de artistas: pintores, fotógrafos y directores de teatro. Después de trasladarse a Odesa, siguió apoyando a los artistas y archivando sus obras hasta la liberación de Jersón.

La organización Urban Re-Public surgió en 2017 a raíz de la demanda de espacios públicos de calidad en Jersón. Una de sus áreas de actividad es proteger el patrimonio histórico y llamar la atención sobre su importancia.

— Perdiendo nuestros edificios históricos, la gente siente este vacío y comprende que esto es algo que necesitaba tanto protección como publicidad antes de la guerra.

Yuliia considera que el proyecto “Modernismo de Jersón” es el proyecto más exitoso de la organización. Su objetivo era transmitir que las construcciones del siglo XX son valiosas y tienen su propia estética. En Jersón, entre ellos figuran el cine “Yuvileinyi”, la estación fluvial, el hotel “Fregat” y la biblioteca con el nombre de Oles Honchar. El proyecto tuvo lugar antes de la invasión a gran escala. Los artistas organizaron proyectos artísticos y los diseñadores crearon un calendario con los edificios modernistas. Los ciudadanos, sobre todo los jóvenes, se interesaron por ello y gracias al proyecto fue posible añadir dos edificios a la lista del patrimonio arquitectónico de la ciudad.

El cine “Yuvileinyi”. Foto de fuentes abiertas

Algunos de los edificios en torno a los cuales se construyó el proyecto fueron gravemente dañados por los bombardeos rusos, que no han cesado desde la desocupación de la ciudad.

Según Yuliia, al principio tras la invasión a gran escala, el arte empezó a hablar directamente. Parte de los artistas empezaron a documentar la experiencia de la guerra, y sus obras son importantes para nuestra percepción de los acontecimientos. Hoy en día, las obras son cada vez más complejas.

— No podemos decir a los artistas si es demasiado pronto o demasiado tarde, porque es bueno que estén en condiciones de realizar estos proyectos ahora. Recuerdo cómo, al principio de la guerra mucha gente sentía esta impotencia, la absoluta redundancia de su práctica artística, la absoluta incapacidad y debilidad para hablar del horror que nos sucedió en el lenguaje del arte.

Estas observaciones y pensamientos inspiraron a Yuliia a crear una residencia en la ocupación.

— También fue una gran ironía. Una residencia es cuando invitas a artistas, les das un tema y ellos reflexionan sobre ello. Y no podemos invitar a nadie porque estamos bajo la ocupación. Es decir, nos invitamos a nosotros mismos a la residencia.

Los artistas de Jersón se reunían con mucho gusto para charlar, porque solos todos estaban cansados y desorientados.

— Apenas nos veíamos, porque además teníamos un gran problema urgente: la comida y las medicinas empezaron a desaparecer muy rápidamente. Y durante las dos primeras semanas, todos hicimos grandes y largas colas. Y quiero decir que, en cierto sentido, me recordaba a las viejas películas soviéticas sobre Leningrado, el sitio. Fue un miedo absoluto al hambre lo que nos alineaba a todos en estas largas colas.

Yuliia recuerda que se levantaba a las seis de la mañana para hacer cola y conseguir comida. No quería que su marido ni su hijo salieran a la calle porque podía ser peligroso para ellos: los ocupantes secuestraban a la gente, sobre todo a los hombres con experiencia en combate. Así que en las colas había principalmente mujeres.

La columna vertebral de la residencia la formaban los participantes del “jerart” (arte de Jersón), un fenómeno cultural de Jersón que apareció en los años dos mil y sigue existiendo hoy en día. Es una especie de asociación de creadores de arte moderno de diferentes direcciones. Nació en condiciones de protesta contra el estado de la cultura local.

— Lo único que podíamos hacer era ironizar. Era muy difícil influir en la situación cuando los dirigentes de la ciudad simplemente no están interesados en que la ciudad se desarrolle de alguna manera. Poco a poco fue decayendo, y nosotros somos urbanistas, somos arquitectos, somos artistas, y queríamos tener alguna perspectiva de ello. Y toda nuestra bilis se vertió en esta reflexión. Toda nuestra danza macabra históricamente condicionada es la base sobre la que creció el “jerart”. Pero siempre fue atrevido, audaz y realmente anti-tendencia.

Danza macabra
Costumbre medieval, danza de la muerte, que se realizaba en un cementerio y consistía en imitar la danza imaginaria de los muertos. En las obras de arte, “macabro” hace referencia a una atmósfera oscura o inquietante.

Yuliia vio cómo los ucranianos, recuperándose del shock, empezaban a hablar de la guerra en el lenguaje del arte, y se dio cuenta de que había que hacerlo en Jersón, porque los artistas locales estaban en el epicentro del horror que comenzó el 24 de febrero, bajo la ocupación. Recordó que el artista Oleksandr Zhukovskyi tenía un taller en un sótano, así que se puso en contacto con él y él apoyó la idea de reunirse.

Era peligroso reunirse, porque los rusos hacían listas de personas que no les eran leales, y los artistas podían estar entre ellas. Además, en el taller de Oleksandr había una obra iniciada colgadando, en la que combinaba el azul y el amarillo, que son un trigger para los ocupantes, y Yuliia, junto con la periodista Ksenia Keleberda, escribían diarios de guerra para The Guardian.

La primera reunión tuvo lugar en la tercera semana de la guerra a gran escala. Reunimos a una fotógrafa, dramaturgos, una diseñadora y varios pintores. Hablamos de cómo les estaba yendo a cada uno y de si estaban creando algo sobre la guerra. Decidimos reunirnos una vez por semana, entrando al taller de Oleksandr de uno en uno para no levantar sospechas. Yuliia hizo fotografías de las obras y las envió a una amiga que estaba en territorio libre. Encontró becas para los artistas, lo que les ayudó bastante, ya que ganar dinero sin cooperar con los ocupantes era imposible.

Yuliia afirma que los artistas de Jersón bajo la ocupación reaccionaron a los acontecimientos que estaban ocurriendo en toda Ucrania. Les conmovieron mucho las imágenes de la Polissia de Kyiv desocupada. La artista Olena Hnatiuk se conmovió tanto con la historia de cómo un solo misil en Odesa mató a tres generaciones de Valeria Glodan, su madre y su hija de tres meses, que creó un cuadro dedicado a ellas. Esta historia tiene una triste continuación: el marido de Valeria, Yuriy, se fue al frente tras la tragedia y murió en noviembre de 2023.

La residencia funcionó hasta noviembre de 2022, hasta la liberación de Jersón. Algunos de los participantes consiguieron evacuarse y otros se quedaron. Entre ellos estaba Oleksandr, en cuyo taller tuvieron lugar las reuniones.

Actualmente Yuliia vive en Odesa, a donde ha trasladado su organización Urban Re-Public. En el marco de diversos proyectos culturales, colabora con el Museo Municipal de Colecciones Personales de Odesa con el nombre de Oleksandr Bleshchunov. La directora del museo, Olena Iliasova, cuenta que la colección del museo fue evacuada temporalmente, pero desde junio de 2022 sus puertas están abiertas a los visitantes, y los trabajadores del museo se han centrado en organizar exposiciones y talleres para niños y adultos, a los que llaman una especie de arteterapia. Olena añade:
— Nos dimos cuenta de que debemos regresar a nuestros espacios, porque nuestros visitantes nos necesitan.

La primera exposición del museo durante la guerra a gran escala fue “Crónicas del sótano”, ilustraciones de la escritora y artista infantil Iryna Potapenko. Las exposiciones se cambian aproximadamente una vez al mes. En septiembre de 2023, los visitantes conocieron las obras del artista de Odesa Kyrylo Maksymenko. Los trabajadores del museo tenían prisa porque querían que Kyrylo estuviera en la inauguración, y estaba a punto de irse al frente. El proyecto se llamaba “Manifiesto de paz”. Olena destaca las materias primas utilizadas con las que están elaboradas las piezas expuestas:

— Kyrylo en esta exposición trabaja con el metal que recibimos como “regalo” de nuestro vecino del norte. Lo que cayó en Odesa, en la región de Odesa.

Las composiciones creadas con este metal encierran una metáfora: convertir aquello con lo que querían matarte en un objeto seguro que te ayude a reflexionar. En general, hoy en Ucrania hay muchas interpretaciones creativas de las cosas que llegaron a nuestras tierras por culpa de los ocupantes: la gente pinta sobre los casquillos de balas, cajas de municiones y hace llaveros con aviones de combate. Sin embargo, estos objetos siguen provocando rechazo a Yuliia Manukian. Una vez le regalaron un casquillo con las palabras de que puede beber whisky de él, pero la mujer está segura de que no lo hará.

— Es la muerte. Y seguirá siéndolo. Y ninguna visión artística o reflexión podrá nivelarla por completo.

Yuliia notó que la omnipresencia de la guerra cansa a la gente. Una parte del público quiere ir a la exposición y relajarse, ver algo bonito, estético y, al fin, simplemente familiar — algo que veían en el museo hasta el 24 de febrero de 2022.

Sin embargo, ningún museo ucraniano está a salvo de un posible bombardeo ruso, por lo que dejar las piezas expuestas donde estaban significa exponerlas al peligro. Yuliia recuerda con tristeza que, durante la ocupación de Jersón, los rusos saquearon el museo de allí.

— Una pérdida de tal magnitud es como si te arrancaran el corazón.

Museo de Arte de Jersón tras el saqueo. Foto: Vgoru

Para Yuliia, la victoria llegará cuando Rusia esté tan débil que deje pensar en la conquista. También percibe esta palabra en el contexto de su ciudad, que vivió y sigue viviendo acontecimientos terribles. Con la victoria, comenzará una nueva página de su historia en varios sentidos: urbanismo, cultura, poder.

— La victoria está en que no solo hemos mostrado un ejemplo de resistencia, sino también un ejemplo de cómo un nuevo Jersón puede surgir de las ruinas.

Oleksandr Zhukovskyi: una residencia bajo la ocupación

Oleksandr Zhukovskyi es un artista autodidacta de Jersón, que trabaja principalmente con telas. Durante la ocupación, el artista no abandonó la ciudad y se convirtió en uno de los participantes de la residencia, reuniones de personas de círculos artísticos y culturales. Su familia se evacuó y él se quedó en casa con dos perros y un gato, y más tarde sus amigos le pidieron que acogiera a un perro de Antonivka.

Oleksandr cuenta que la toma de la ciudad fue inesperada para los habitantes de Jersón: de repente aparecieron en las calles vehículos blindados y armados rusos. Al principio, buscaban a los participantes de la Operación antiterrorista (ATO), pero también hirieron a otros residentes de la ciudad. Los rusos contaban con una ocupación a largo plazo, así que trajeron a sus familiares y los acomodaron en los apartamentos de los habitantes de Jersón: a los ocupantes les gustó la ciudad a orillas del Dnipró.

Foto: Pavlo Pashko

Más cerca de la liberación de Jersón, se observó pánico entre los rusos, que empezaron a saquear la ciudad y a tratar con crueldad a los residentes. Tras la liberación de Jersón, se encontraron cámaras de tortura donde se retenía, torturaba e interrogaba a la gente. Aún se desconoce el destino de algunas personas. En particular, durante la ocupación desapareció el amigo de Oleksandr, el artista Viacheslav Mashnytskyi.

— Slavik se fue a su dacha durante unos meses y, por desgracia, desapareció allí. Esta es una historia triste para todos nosotros aparte.

Según Oleksandr, los artistas se convierten en el objetivo de los ocupantes porque saben transmitir su posición a un gran círculo de personas, y llamar la atención sobre algo que no es beneficioso para los invasores. Está seguro de que, tarde o temprano, los rusos habrían venido a él y le habrían obligado a trabajar para ellos, pero los defensores ucranianos liberaron Jersón y eso no ocurrió.

Durante la ocupación de la ciudad, creó el cuadro “Orcupación humanitaria” (combinación de las palabras “orco”, una forma despectiva de referirse a los militares rusos y, “ocupación”. — Ed.), porque los rusos bloquearon la entrega de la ayuda humanitaria ucraniana, e intentaron distribuir la suya en su lugar.

— Pienso: no dejáis que traigan los [productos] nuestros, nos metéis vuestra mala mercancía, la imponéis. ¿Y si no quiero? Bueno, iban la mayoría ancianas, gente que no tenía nada que comer. Este (cuadro. — Ed.) es una protesta [mía] contra todo esto, mi pequeña guerra contra ellos. No soy una persona militar, no serví en el ejército, así que quizá esta sea mi forma de lucha en lugar de una ráfaga de ametralladora.

El artista ocultó algunas de sus obras incrustándolas en esculturas, ya que mostraban claramente su posición antirrusa: imágenes de Putin tras las rejas, soldados rusos cargando con la muerte, así como abejas azules y amarillas que derrotaron a la avispa tricolor.

Durante la ocupación, Oleksandr se reunió con amigos y conocidos del círculo artístico, para hablar de cómo seguir trabajando en estas condiciones. Fue agradable ver y comprender que la gente está viva y sana; en las condiciones de la ocupación, esto significa mucho. Los artistas también hablaron de la incertidumbre en todo, porque incluso el anuncio de la evacuación podría significar que las personas no serían llevadas al territorio controlado por Ucrania, sino a algún lugar de Rusia.

— En la calle todo es duro, así que vienes corriendo silenciosamente aquí y te sientas. Aquí se está bien, es cómodo, todos querían venir aquí.

Oleksandr recuerda bien cómo la noticia de la liberación de Jersón se extendió por la ciudad, las banderas ucranianas aparecieron en las calles, la gente abrazaba a los soldados y cantaba.
El artista no descarta la posibilidad de tener que ir a la guerra, pero mientras está en la retaguardia y hace todo lo que depende de él para acercar la victoria.

— [La victoria] es cuando la ciudad vuelva a vivir: todos sabrán con certeza que no caerá ningún misil.

Jamala: una potente voz de Ucrania en el mundo

Susana Jamaladinova, conocida como Jamala, es una cantante y compositora ucraniana tártara de Crimea, ganadora del Festival de Eurovisión 2016. Desde la ocupación de Crimea y especialmente después de la invasión a gran escala por parte de Rusia, pide a la comunidad mundial que ayude a Ucrania.

— Le hablo a la gente de mí, que soy tal cantante y que mis hijos son la quinta generación que tiene que huir de la agresión rusa. Esto es un hecho. Es difícil decir algo en contra.

Foto: Artem Galkin

Desde el comienzo de la gran guerra, Jamala está constantemente de viaje: regresa a Ucrania y vuelve a viajar al extranjero. El 24 de febrero de 2022, ella y su familia bajaron varias veces al aparcamiento subterráneo, luego la familia fue a Ternópil a visitar a unos amigos, y luego la cantante con sus hijos se fueron al extranjero. Nada más llegar a Estambul, empezó a hablar del ataque de Rusia.

— Durante unas dos semanas, fui a todos los espectáculos políticos y musicales de Estambul, a todos los que me invitaban, y hablé de la guerra. Y luego, por supuesto, esta atención fue desvaneciendo poco a poco, y yo no elegía las palabras con cuidado, y tal vez fue abrupto para ellos.

En marzo, Jamala viajó a Berlín, donde la invitaron a cantar en la selección nacional para el Festival de Eurovisión. Al principio se negó: ¿cómo iba a cantar cuando en Ucrania la gente se está muriendo? Pero los organizadores habían organizado una recaudación de fondos para los refugiados ucranianos, así que este argumento la convenció. No llevaba ni traje para el escenario ni micrófono, pero logró encontrarlo todo.

— Y recibo un mensaje: “Muchas gracias, Jamala, hemos recaudado más de 67 millones de euros” (traducido del inglés. — Ed.). No puedo transmitir lo que me pasó en ese momento. Y este fue probablemente el comienzo de mi camino certero de diplomacia cultural, esta retaguardia que empecé a mantener, dándome cuenta de que podía ser útil. Marcó un antes y un después.

Después, la artista actuó en Rumanía y Lituania. Le impresionó que en el espectáculo de canto al que fue invitada, los lituanos no recaudaran fondos para las necesidades humanitarias, como suele ocurrir en este estos eventos, sino para las Fuerzas Armadas de Ucrania. Y cuando el anfitrión en Holanda dijo que ella podía dirigirse a su Primer Ministro, Jamala le dio las gracias por las armas y pidió más. Con su gran repertorio, cantó en todas partes la canción con la que ganó el Festival de Eurovisión 2016: “1944”, sobre la deportación de los tártaros de Crimea.

— La propia canción “1944” recaudó fondos para Ucrania. Tuvieron que pasar seis años tras mi victoria para que la gente estableciera un paralelismo: «Cuando vienen extraños, vienen a tu casa. Os matan a todos y dicen: “No es culpa nuestra”» (líneas de la canción, traducidas del inglés. — Ed.). La gente me decía: “¡Pero si es sobre 2022!”.

Sabiendo lo que estaba pasando en Ucrania, Jamala no podía hablar de otra cosa, excepto de la guerra. Las conversaciones breves e informales se convirtieron en un medio para transmitir que su país necesitaba ayuda. Cuando, durante una cena benéfica, Emine Erdogan, la primera dama de Turquía, preguntó a Jamala cómo le iba y cómo estaban sus hijos, ella empezó a hablar de Mariúpol y de los soldados sitiados del regimiento Azov.

— Sientes constantemente que eres incómodo, que no es el momento adecuado, que estropeas el ánimo de todos, que dices algo desagradable de lo que quieren esconderse. Pero al mismo tiempo, cuando lo has superado [esta incomodidad], lo has dicho, has transmitido la información, sientes satisfacción. Y después obtienes: aquí han recaudado, aquí han ayudado, allí han liberado a alguien. Sientes que no solo estás viviendo tu vida, sino que has hecho todo lo que has podido.

Una de las ideas clave que Jamala intenta transmitir a los extranjeros es que los ucranianos están defendiendo su hogar y su democracia, mientras que los rusos son invasores que han venido a ocupar y destruir, así que los ucranianos necesitan ayuda, porque sin la ayuda del mundo, será más difícil derrotar al enemigo.

— Ellos (los ocupantes. — Ed.) quieren que dejemos de hablar ucraniano, de luchar por nuestro patrimonio, por nuestras iglesias, museos, por todo. Pero no nos rendiremos, porque no tenemos otra Patria.

En 2022, la cantante aceptó participar en el programa “Bailando con las estrellas” en Polonia, con la condición de que ningún episodio con ella se haría sin la información y el apoyo financiero de los ucranianos. Después participó en la entrega de premios a los cantantes estadounidenses, que se retransmitió por televisión en Nochebuena, y preparó un discurso sobre que ve tanta luz y color, pero acaba de regresar de Kyiv, donde hubo apagones durante nueve horas. El discurso tuvo que ser acortado, pero Jamala, sin avisar a los organizadores, cantó una parte del himno nacional ucraniano:

— La canción Walk On Ukraine tiene el siguiente comienzo: “Y el amor no es algo fácil, sino el único equipaje que puedes llevar contigo” (traducción del inglés. — Ed.). La empieza Hozier, y me dicen: “Di lo mismo, pero en ucraniano”. Y yo digo: “Okey. Aún no ha muerto de Ucrania, ni la gloria, ni la libertad. Aun a nosotros, hermanos ucranianos, nos sonreirá el destino”.

Foto: Artem Galkin

Jamala se comunica constantemente con los militares y civiles, lee las noticias y, donde quiera que esté, está en el contexto de la guerra ruso-ucraniana. Entiende que cada país al que pide ayuda tiene sus propios retos y problemas, pero ella sigue hablando de Ucrania.

— No esperaba asumir tal responsabilidad: hablar en nombre de todos los ucranianos. Nadie me pidió que lo hiciera. Pero no supe hacerlo de otra forma.

La cantante enfatiza que es importante agradecer la ayuda que el mundo facilita a Ucrania. Escribió la canción “Thank you, strangers”, cuyo clip está montado a partir de vídeos grabados con el teléfono de personas que se vieron obligadas a marcharse al extranjero debido a la guerra.

— Ucranianos, dondequiera que estéis, no os canséis de dar las gracias.

En mayo de 2023, Jamala presentó su álbum Qirim. Planeaba lanzarlo en mayo de 2022 y todavía estaba grabando en el “Budynok Zvukozapysu” (del ucr.: “Casa de Grabación”. — Ed.) dos días antes de la invasión a gran escala. Todo el trabajo se guardó únicamente en el ordenador, que permaneció allí, porque el trabajo debía continuar en unos días. Cuando empezó la guerra a gran escala, Jamala dudaba de que fuera posible salvar lo grabado, sin embargo, en marzo, el ingeniero de sonido Serhii Krutsenko fue al estudio y lo salvó todo. A principios de 2023, Serhii falleció.

— Es una gran pérdida para mí. Y creo que para nuestra industria ucraniana en general, porque ya no conozco personas que de verdad puedan grabar cosas así.

El álbum contiene 14 antiguas canciones tártaras de Crimea, y decenas de músicos trabajaron en la grabación.
— El álbum Qirim es un enorme trabajo. Este es un pedazo de mi vida que lo tiene todo: pasado, presente y futuro. Creo que me ha cambiado. No lo he formado yo, me ha formado él a mí.

Portada del álbum de Qirim. Foto de fuentes abiertas

La búsqueda de canciones para el álbum fue difícil, porque debido a las acciones del Imperio ruso y luego de la Unión Soviética, poco se pudo transmitir de generación en generación. Lo que se conservaba en los archivos se modificaba muchas veces. Por ejemplo, la canción Kene aldı ğam beni sobre el anhelo del hogar, compuesta durante la deportación, se conservó como canción sobre el sufrimiento de una chica a causa del amor, porque la letra se cambió durante su grabación. Para reconstruir el texto auténtico, Jamala tuvo que ponerse en contacto con sus conocidos de Asia Central.

— Me cantaban por audio y me lo enviaban por WhatsApp, me enviaron notas, algunas versiones que se utilizaron en las bodas. Las bodas son un elemento muy importante en nuestra cultura, porque conservan el folclore. Y este es el único espacio que puede conservar las versiones correctas. Hay muchas grabaciones de bodas; todas de pésima calidad debido a los tenedores, los platos y el ruido, pero se puede oír.

Jamala dice que su álbum ayuda a comprender mejor la mentalidad de los tártaros de Crimea, la diferencia entre quienes vivían junto al mar, en la parte central de Crimea y en la estepa. Por ello, el álbum contiene tanto canciones líricas como humorísticas.
Para ella, la victoria llegará cuando Ucrania recupere a su gente y sus territorios, y Rusia empiece a pedir perdón y a pagar indemnizaciones.

Antik Danov: Crimea es Ucrania

El artista crimeo con el seudónimo Antik Danov lucha contra la propaganda rusa exhibiendo sus obras en las calles de la temporalmente ocupada península.

Foto: Facebook de Antik Danov

Según Antik, uno de los temas no públicos en diversos círculos de Crimea es la guerra, el hecho de que continúa y no termina. La gente de su entorno espera que Ucrania recupere Crimea, conoce sus proyectos y los apoya. Hasta ahora, la presencia de Rusia en la península se manifiesta en todo:

— En las banderas, en las conversaciones, en todas partes. Está presente en Crimea como en cualquier ciudad rusa.

Foto: Facebook de Antik Danov

La vida de Antik estuvo influenciada por la Revolución de la Dignidad. Por entonces estudiaba en Kyiv y creó una serie de carteles sobre Ucrania. Desde entonces, ha seguido creando carteles y grafitis, su arte callejero se centra en temas socialmente importantes y en el mensaje de que la ocupación de Crimea es temporal. Publica fotos de sus obras en las redes sociales.

— Es como mi lenguaje de expresión. Hablo de lo que me preocupa.

Foto: Facebook de Antik Danov

Foto: Facebook de Antik Danov

Antik comprende los peligros de este tipo de actividad, por lo que no cuenta si alguien le ayuda o de cómo trabaja. Sabe que sus obras se suelen arrancar a las pocas horas. Antik da un nombre a todos sus proyectos. Por ejemplo, en 2023 creó una serie de carteles titulada “Finjo”.

— Siempre es información, al menos algún tipo de influencia en al menos una persona. Da un mensaje, un impulso de reflexión y apoyo.

Olena Maksom: documentar la experiencia de la guerra

Olena Maksom es una documentalista y militar que lucha en el sector de Zaporiyia. Antes de la invasión a gran escala, se estrenó su película sobre las secuelas de la catástrofe de Chornóbil “No todo va a estar bien”, coproducida con Adrian Pirvu de Rumania. Actualmente, todos los beneficios de las reproducciones se destinan a las necesidades del batallón de Olena.

En los primeros días de la guerra a gran escala, Olena evacuaba a personas con discapacidad con la ONG Fight For Right, y más tarde se unió al ejército. En 2023, se unió a la 15ª Brigada de la Guardia Nacional de Ucrania “Kara-Dag”, y antes de eso sirvió en otra unidad.

Olena se fue al ejército después de que un misil ruso impactara en la abarrotada estación de tren de Kramatorsk en abril de 2022.

— Después de este incidente en Kramatorsk, decidí que no bastaba ocuparme simplemente de la evacuación y que soy capaz de defender la independencia, ahuyentar al enemigo. Suena muy patético, pero este es el trabajo más difícil: ser militar.

Me uní a la Guardia Nacional de Ucrania con la idea de grabar documentales durante mi servicio. Al principio, grababa todo lo que podía, y luego me di cuenta de que hay momentos en los que la cámara es inapropiada, así que empecé a filmar de forma selectiva. No lleva la cámara a las misiones porque la distrae de su trabajo, lo cual es peligroso.

— No hace falta capturarlo todo con una cámara. También está el cerebro, los ojos y, en principio, si estoy bien, encontraré la manera de como mostrar lo que mi cámara no captó.

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Entre las grabaciones están las secuelas de la destrucción de las ciudades, así como el humor negro del ejército, esos momentos en los que la brigada tiene tiempo para tomar té y hablar sobre el futuro. Especialmente valiosas son las tomas con los camaradas que ya han muerto.

Después de que Olena llegó a la “zona cero” del frente, se dio cuenta de que los civiles y los militares no comprenden las experiencias de los demás. Con su próxima película pretende derribar este muro.

Sin embargo, cerca de la línea del frente, la mujer se encuentra a civiles que ven la guerra de cerca. En la ciudad de Oríjiv, bombardeada diariamente por los rusos, hay una pequeña tienda de materiales de reparación, por donde a veces pasan los militares para comprar tuercas, tornillos y otras cosas pequeñas. En la tienda ya no hay ventanas, junto a ella todo está destruido y hay escombros. Los vendedores me dijeron que nacieron y han vivido en la ciudad toda su vida, por eso no quieren irse.

— Y para mí fue interesante ese contraste, una situación surrealista: esta pequeña tienda con todo tipo de cosas para reparar, cuando todo alrededor es devastación.

En la guerra no te abandona la sensación de pérdida. Una vez, Olena conoció a un joven de 20 años llamado Artem. Tenía muchos sueños y escuchaba buena música. Luego lucharon en zonas diferentes, pero seguían en contacto. Él le contó que le había propuesto matrimonio a su novia durante su permiso militar.

— Dejó un mensaje de voz diciendo que todo iba genial, que todo estaba bien y que sin duda nos veríamos. Y luego… luego fui al funeral de Artem. Sí. Y eso es todo. ¿Qué más hay que añadir?

En opinión de Olena, ahora su lugar está donde está: en la brigada, pero no abandona la idea de rodar una película. Ella está entre los que defienden el país, entiende cómo son, conoce sus rasgos de carácter, sus sueños, las dolorosas pérdidas de sus camaradas. Ve más que los reporteros que vienen por un breve espacio de tiempo.

En esta difícil guerra, a Olena le da fuerzas el hecho de que tiene a su alrededor personas por las que quiere seguir luchando. No se permite la idea de que Rusia tome el control de Ucrania, no se la imagina ocupada, por lo que luchará hasta derrotar al enemigo.

— La victoria es cuando el mundo entero comprenda que no existe un país como Rusia. Es solo un puñado de pen***os codiciosos que tienen a una nación zombificada en sus puños. Y esa nación no está formada por rusos, sino por un montón de nacionalidades que fueron esclavizadas. Cuando el mundo entero lo entienda, entonces ganaremos.

Teatro dramático de Jersón: creatividad que la guerra no detuvo

Oleksandr Kniga es el director general y artístico del Teatro Regional Académico de Música y Drama de Mykola Kulish en Jersón. Hace hincapié en que este teatro no debe confundirse con el teatro ruso de Jersón, que funcionó durante la ocupación y estaba formado por personas que colaboraron con los invasores y abandonaron la ciudad con ellos.

El 23 de febrero de 2022, en el teatro se estrenó la obra “La eternidad y un día”. El público podía elegir la versión: femenina, masculina y uno de los tres finales. El 24 de febrero la ciudad amaneció con explosiones. En marzo, los rusos secuestraron a Oleksandr, querían que cooperara con ellos, pero más tarde lo soltaron. Logró llegar al territorio controlado por autoridades ucranianas y de allí a Lviv.

— Literalmente fui al teatro al día siguiente. Porque por el camino, mientras conducía, decidí que el festival [teatral “Melpómene de Táurica”] (que debía celebrarse el 8 de junio) tenía que salir adelante. Porque entendíamos desde aquí cómo estaban suprimiendo toda la información que venía de allí, y queríamos enviar también alguna señal a nuestra gente.

El festival se pudo celebrar, aunque fue unos meses más tarde, pero Oleksandr está orgulloso de que ni siquiera la guerra detuviera este importante acontecimiento cultural para el sur de Ucrania.

— Reunimos a 65 teatros de 12 países y 35 ciudades. Incluso un teatro japonés nos apoyó, nos encontró y nos vio en las redes sociales. Nos llamaron de Francia, de Toulouse, porque allí en ese momento también se celebraba un festival. E incluso los franceses nos enviaron mensajes y dijeron: “Mirad, si hemos puesto bien los acentos, que estamos hablando de la guerra”.

Una de las tareas del festival era hablar de la entonces ocupada ciudad de Jersón, y de sus habitantes que esperaban la liberación. Entre el público había muchas personas que habían abandonado sus ciudades a causa de la guerra.

— Este festival es el orgullo de nuestro equipo, es nuestra chica tauriana Melpómene, que vive aquí. Es cierto que este año ha cambiado su aspecto, ha quedado quemada por la guerra y se parece más a una guerrera amazona.

Artistas de distintos teatros apoyaron a los habitantes de Jersón. Incluso antes de la liberación de la ciudad, recorrieron Ucrania con su antigua obra creada en 2015 “Una gatita en memoria de la oscuridad” sobre una desplazada interna e incluso prepararon el estreno de “(No) puedes quedarte” sobre la ocupación de su ciudad natal.

A pesar de que la ciudad sufre de bombardeos enemigos, en 2023 el festival se celebró en Jersón bajo el lema “Estamos en casa”, incluso acogió a invitados de otras ciudades e inauguró la temporada teatral.

— El 1 de octubre es el cumpleaños de nuestro teatro, y siempre abrimos la temporada en torno a esta fecha. Y la inauguramos, [había] mujeres con vestidos, peinadas, y eso reconforta tanto, que te das cuenta de lo mucho que lo necesitas, incluso en una situación como esta. Así que “Melpómene” seguirá aquí, no se rinde, al igual que todos los ucranianos.

Antes de la guerra a gran escala, la tropa hacía hasta 40 representaciones al mes, algunas de ellas en paralelo, porque tenemos diferentes salas. Pero en el último año y medio, la situación ha cambiado: hay problemas de financiación, la seguridad es un problema agudo y algunos de los empleados tuvieron que buscar otro trabajo para poder alimentar a sus familias. En otoño de 2023, el repertorio del teatro solo incluía cuatro espectáculos unipersonales, ya que no había posibilidad de hacer algo más grande: “Una gatita en memoria de la oscuridad”, “Judas”, “Malos caminos” y “Justyna”.

En Oleshky se quedó la casa que Oleksandr estaba construyendo, sus animales y la madre de su mujer, que no ha querido marcharse. Cuando los rusos volaron la central hidroeléctrica de Kajovka, Oleksandr comprendió que la casa se inundaría, llamó a su suegra para que cogiera comida y subiera al segundo piso. Hasta el último momento creyó que todo iría bien.

— A las dos de la noche del día siguiente, mi madre llamó y dijo: “Las ventanas del sótano se están rompiendo, las oigo crujir, está entrando agua en casa”. Y yo entonces no dormía y sentía físicamente como me derrumbaba, a mí esa agua… Esa casa es mi fortaleza, mi hogar, lo que hicieron mis manos y las de mis hijos. Y eso fue lo más doloroso.

La ciudad de Oleshky inundada. Foto: AP Photo

Oleksandr dice que ha dejado de preocuparse por las cosas materiales, le preocupa que todos sus seres queridos estén sanos y salvos, pero le resulta difícil ver las casas destruidas.

— Y para mí, la destrucción del hogar es como si físicamente, sabes, me hubieran troceado. Pero si la gente las construía como pajaritos.

Oleksandr cree que durante la guerra, como en cualquier otro momento, el teatro puede hablar de todo, incluso de lo doloroso y difícil. Él observó cómo en distintas ciudades se percibía la obra sobre el Jersón bajo la ocupación. Entiende que las personas que no han pasado por esa experiencia la perciben de forma diferente a quienes sí la han vivido, por eso quiere llegar a todos a través del arte. Ayudar a alguien a comprender la experiencia de otro, y ayudar a alguien a sentir alivio a través de las lágrimas.

— Nuestra psiquis se está readaptando, no quiere aferrarse a cosas malas. Pero yo digo que el teatro es algo increíble, que hoy en día puede decirle a la gente muchas cosas que llegarán a través de la emoción aquí primero (señala al corazón. — Ed.). Somos emocionales (señala de nuevo al corazón. — Ed.), y luego — racionales (señala a la cabeza. — Ed.).

Según Oleksandr, la cultura es el pegamento que une a personas diferentes. El hombre observa como cientos de personas con experiencias y creencias diferentes ven la misma representación y luego se dispersan, pero en un momento se convierten en algo integral para él.

— Desaparece el miedo y aparece la responsabilidad. Entiendes que tienes que ir, tienes que hacerlo. También hay que hacerlo como una esperanza para aquellas personas que están lejos, para quienes el teatro es una esperanza de retorno.

El hombre ama Táurica por sus contrastes y, como él dice, su carácter inquieta. Son tierras que combinan ríos y mares, estepas y desiertos, y albergan muchas minorías nacionales. Oleksandr sueña con la victoria, cuando todas las tierras ucranianas sean liberadas. Recalca que no quiere nada ajeno, pero quiere que se reconstruyan las ciudades ucranianas y que los teatros salgan de gira.

— Vivo en casa de unos amigos, observo mi orilla izquierda y sueño con cuándo podré llegar a mi casa inundada, mutilada y destruida, pero hacer todo lo posible para que vuelva mi familia, por reunirnos [allí] con mis hijos.

Celebrar un festival ucraniano en cualquier circunstancia

Serhii Hnezdilov es un operador de reconocimiento aéreo, organizador del festival de tres días de la cultura ucraniana en Besarabia, “Vydelka Fest” (del ucr.: “Tenedor Fest”. — Ed.).

Serhii lleva en el ejército desde 2019. Su contrato debía expirar en marzo de 2022, pero se prorrogó indefinidamente debido a la invasión a gran escala. Se alistó al ejército por su deseo de cambiar las cosas y ser útil a la sociedad, y el impulso inmediato fueron las palabras de su profesor de que hay que sustituir a las personas que llevan combatiendo desde 2014.

— El académico Yukhnovskyi, uno de los creadores de la Constitución, dio una vez una breve conferencia en mi curso sobre cómo crearon la independencia en 1988. Y después de su conferencia, varios chicos y yo fuimos y firmamos contratos en las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Cuando comenzó la invasión a gran escala, Serhii estaba de servicio en combate y se enteró tan pronto como volvió de él.
— No sentí ningún cambio [durante mi servicio], porque los bombardeos eran los mismos antes y después de la guerra total, simplemente se volvieron más intensos.

Serhii dice que la organización de un festival ucraniano en una región rusificada le ayudó a recordar quién es y por qué lucha. Nació en la ciudad de Vylkove en Besarabia, donde vive la comunidad de lipovanos, un grupo religioso ruso de viejos creyentes que fueron perseguidos por las autoridades zaristas y se trasladaron allí para escapar. Creció en un entorno prorruso, pero no se sentía parte de él.

— Puedo decir que el entorno en el que crecí me hizo tan protestón.

Entre los adolescentes de Vylkove se formó una comunidad de personas solidarias. Cuando una diputada local decidió edificar parte del parque, empezaron a protestar. Les amenazaban con que no recibirían sus diplomas. Serhii finalmente sí obtuvo su diploma. Luego se fue a estudiar a Lviv, pero observaba lo que le ocurría a su ciudad.

— Me duele que mi pequeña patria, con todos los recursos que tiene, quede en el olvido. Y allí vive gente que tal vez ni siquiera vea Ucrania, porque Ucrania aún no ha llegado allí. Me gustaría que la Ucrania que yo he visto llegara allí. De eso trata el “Vydelka Fest”.

La idea del festival surgió espontáneamente. Al no tener presupuesto ni socios, Serhii decidió celebrarlo en julio de 2023. Solo le concedieron unas vacaciones para los tres días del evento, y lo organizó mediante llamadas y correos electrónicos.

Foto: Facebook de Serhii Hnezdilov

La ciudad de Vylkove a menudo se escribe incorrectamente, al estilo ruso, añadiendo una “o” en lugar de una “e” al final, por lo que los organizadores jugaron con este hecho en el nombre del festival:

— Decidimos ucranizar el nombre de la ciudad como Vydélkove de una forma ligeramente humorística.

Los chicos tomaron esta decisión porque la palabra “vylka”, que significa “tenedor” en ruso y tiene mucho en común con el nombre de la ciudad de Vylkove, es “vydelka” en ucraniano, y esta es la que utilizaron para dar nombre al “Vydelka Fest”.

El programa giró en torno a los libros, la música y el cine. En el festival participaron los directores Maksym Nakonechnyi con su película “Butterfly Vision”, Nariman Aliev, con su película “Homeward”, y Vasil Barkov, con su película “The Edge of the River”. Kateryna Kalytko, Svitlana Povalyaeva y Mariana Savka recitaron sus poemas. También acudieron la periodista y crítica literaria Tetyana Ogarkova y el filósofo y ensayista Volodymyr Yermolenko. Los invitados trajeron unos 150 libros ucranianos como regalo para las bibliotecas locales. El programa musical también fue intenso: actuaron “Pyrіg y Batig”, que musicalizaron la poesía, la banda de punk-rock “Stepan Pantera”, el cantante y compositor Boris Sevastyanov y el trío de Lviv “Maryanychi”.

Serhii agradece a sus seguidores de Facebook que apoyaron el festival difundiendo la información y contribuyendo con donativos.

— Muchos militares donaron para celebrar el festival, muchos de los ahora luchan son de Besarabia. Llamaban y decían: “Por fin alguien lo hace”, y dieron dinero para ello.

El hombre cree que la cultura es uno de los puestos avanzados del Estado y que merece la pena trabajar para diferentes públicos: tanto externos como internos.

Serhii hace hincapié en que el festival no es un asunto personal, ya que se ha reunido un gran equipo. Un equipo que continúa con la misión cultural, solicita subvenciones, negocia con las empresas para obtener apoyo y planea viajar por Besarabia con proyectos especiales.

— Queremos organizar eventos especiales itinerantes para cubrir con ellos toda la Besarabia ucraniana. Tenemos muchos temas que nos gustaría tratar con la gente que vive allí.

Serhii cree en que el festival cambiará su ciudad, la hará más abierta, animará a la gente a adentrarse en su historia, porque estas tierras albergaron la Sich del Danubio, que fue destruida por la zarina rusa Catalina II, y a él le gustaría que estas tierras tuvieran esta asociación.

— Al igual que en su día, los empresarios de Lviv inventaron la “Kriivka” (famosa taberna con la decoración de un escondite partisano. — Ed.) y la “Lviv Coffee Mine” (popular restaurante turístico con el ambiente de una mina de café de los años 1675. — Ed.), creo que Vylkove debería hacer lo mismo, para que muchos, muchos turistas acudan allí en busca de la última Sich.

A Serhii le gustaría que la multietnicidad de Besarabia atrajera tanto a investigadores como a turistas, para que la gente pueda conocer la cocina y las tradiciones locales.

— A veces miras cuántos eventos se celebran en otras regiones y piensas: si el diez por ciento de esos eventos tuvieran lugar en Besarabia, no tendríamos problemas con la autoidentificación.

Con el apoyo de

Este texto se basa en los materiales de las expediciones realizadas en el marco del proyecto “Cultura en tiempos de guerra”, ejecutado con el apoyo de la Unión Europea.

El material ha sido preparado por

Fundador de Ukraїner:

Bogdán Logvynenko

Productora,

Entrevistadora:

Ksenia Chikunova

Autora:

Sofía Kotovych

Editorial:

Tatiana Vorobtsova

Jefa de redacción en ucraniano:

Natalia Ponedílok

Copywriter:

Vladyslava Ivchenko

Transcripción:

Román Azhniuk

Taras Bereziuk

Transcripción:

Amina Likar

Galyna Réznikova

Olia Stuliy

Natalia Yarova

Fotos:

Artem Galkin

Editor de fotos,

Coordinador de fotógrafos,

Fotos:

Yurii Stefanyak

Administradora de contenido:

Yana Rusyna

Diseño de gráfica:

Arsen Shumeiko

Diseño de gráfica,

Coordinadora del departamento de diseño:

Oleksandra Onoprienko

Guionista:

Julia Dunayevska

Dirección,

Coordinador de directores de montaje:

Mykola Nosok

Directora de montaje:

Olga Gavrish

Cámara,

Responsable del apoyo técnico:

Oleksii Petrov

Cámara,

Fotos:

Oleg Marchuk

Coordinadora de camarógrafos,

Cámara:

Olya Oborina

Archivista:

Viktoriia Budun

Ingeniero de sonido:

Dmytro Kutnyak

Coordinador del departamento de asociaciones:

Maryan Mankó

Coordinadora del departamento de producción:

Maryna Mytsyuk

Coordinadora de content managers:

Kateryna Yuzéfyk

Coordinadora del departamento de investigación,

Coordinadora del departamento de textos:

Yana Mazepa

Coordinadora de guionistas,

Entrevistadora:

Karina Piliúgina

Coordinador de transcriptores,

Coordinadora de subtituladores de la versión ucraniana:

Oleksandra Titárova

Jefa copywriter:

Daryna Mudrak

Jefa de marketing y comunicación:

Tetyana Franchuk

Targetólogo:

Vladyslav Ivanov

SMM coordinadora:

Anastasiia Hnatiuk

Gerente de asociaciones comerciales:

Oleksiy Oliyar

Gerenta de operaciones:

Lyudmyla Kucher

Especialista financiera:

Kateryna Danyliuk

Ruslana Hlushko

Abogado:

Oleksandr Liutyi

Contable:

Nataliya Tafratova

Kateryna Smuk

Event manager:

Liza Tsymbalist

Traducción:

Yuliia Perfilova

Editora de la traducción:

Svitlana Kazakova

Coordinadora de Ukraїner en Español:

Tetiana Kolisnyk

Coordinadora de Ukraїner International:

Yuliia Kozyriatska

Editora jefa de Ukraїner International:

Anastasiia Marushevska

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